¿Cómo lavar una manta en la lavadora y conservar su suavidad y forma?
¿Cómo lavar correctamente una manta en la lavadora?
Lavar mantas puede ser una tarea desafiante, especialmente si se trata de piezas grandes o materiales que requieren cuidados especiales. Ya sea una manta para el sofá, la cama, o un edredón de invierno, es crucial saber cómo lavar una manta en la lavadora de manera correcta para evitar dañarla y mantener su apariencia y propiedades. El cuidado adecuado de las mantas no solo garantiza su limpieza, sino que también prolonga su vida útil.
En este artículo, aprenderás cómo proceder paso a paso para lograr siempre el mejor resultado al lavar una manta en la lavadora.
¿Por qué es importante saber cómo lavar una manta correctamente?
Las mantas se utilizan a menudo a diario, entran en contacto con la piel, las mascotas y pueden absorber fácilmente polvo y otras impurezas. Por lo tanto, es esencial lavar las mantas de vez en cuando para mantenerlas higiénicamente limpias y frescas. Sin embargo, un método de lavado incorrecto puede causar pérdida de suavidad, daño a la estructura del material o incluso encoger la manta. Es especialmente importante lavar correctamente las mantas más caras y lujosas, donde la calidad del material es fundamental.
Antes de lavar la manta
El primer paso antes de lavar una manta es revisar cuidadosamente la etiqueta. El fabricante siempre proporciona instrucciones importantes sobre el cuidado adecuado de la manta específica. Podrás descubrir, por ejemplo, si la manta es apta para lavarse en la lavadora o requiere cuidados especiales en una tintorería. Si la manta está hecha de materiales delicados, como lana o cachemira, la etiqueta a menudo recomendará una limpieza profesional.
Si tu manta tiene manchas, es adecuado tratarlas antes del lavado. Puedes usar un quitamanchas suave que no dañe las fibras ni deje residuos químicos desagradables en la manta. Las manchas deben tratarse lo antes posible para obtener el mejor resultado.
Cómo preparar correctamente la manta para el lavado en la lavadora
Cuando sabes que tu manta puede lavarse en la lavadora, es hora de prepararla para el lavado. Aquí hay algunos consejos que te ayudarán a lograr un resultado óptimo:
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Retira pelos, polvo e impurezas: Las mantas pueden recoger fácilmente impurezas, como pelos de mascotas o polvo. Antes del lavado, sacude suavemente la manta o límpiala con una aspiradora con accesorio de tapicería. De esta forma, evitarás que estas impurezas obstruyan el filtro de la lavadora.
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Dobla la manta: Si la manta es grande y difícil de encajar en la lavadora, intenta doblarla de manera que se distribuya uniformemente y no impida el giro del tambor. Es importante que la manta entre libremente en el tambor de la lavadora y no esté demasiado comprimida, ya que la falta de espacio puede impedir un lavado de calidad.
Selección del detergente adecuado
Al elegir un detergente, es importante seleccionar el correcto. Si te preguntas cómo lavar una manta para que mantenga su suavidad y estructura, deberías optar por un detergente suave. Los detergentes comunes pueden ser demasiado agresivos, especialmente para materiales más delicados, como la lana o la seda. En el mercado hay detergentes específicamente diseñados para tejidos delicados, que ofrecen una mejor protección de las fibras.
Si deseas que tu manta tenga un aroma agradable después del lavado, también puedes usar suavizante. Sin embargo, debes tener cuidado, ya que en algunos materiales el suavizante puede causar que las fibras se peguen, lo que desvaloriza la manta.
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Cómo configurar la lavadora
Configurar la lavadora es otro paso clave en el proceso de lavado. Aquí hay algunas reglas que debes seguir:
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Temperatura de lavado: Elige una temperatura de lavado más baja, idealmente 30-40 °C. Las temperaturas más altas pueden causar pérdida de forma de la manta o daño a las fibras. Para materiales más delicados, como la lana o el plumón, siempre elige una temperatura más baja y un ciclo de lavado suave.
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Programa de lavado: Si tu lavadora tiene un programa especial para lavar mantas o edredones, definitivamente úsalo. Estos programas están diseñados para manejar un mayor volumen de textiles y al mismo tiempo ser suaves con el material. Si no tienes dicho programa, elige un ciclo de lavado suave o un programa para tejidos delicados.
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Centrifugado: Al lavar la manta, es importante establecer una velocidad de centrifugado más baja. Las altas velocidades pueden causar deformación de la manta y daño a las fibras. Se recomienda elegir velocidades entre 600-800 revoluciones por minuto.
Secado correcto de la manta
Después del lavado, es hora de enfocarse en el secado de la manta. Si la manta no está diseñada para secarse en secadora (lo cual es común en la mayoría de las mantas), debes secarla naturalmente. La mejor manera es dejar que la manta se seque al aire. Idealmente, debería estar extendida sobre una superficie plana para evitar deformaciones. Al secar la manta en una cuerda, cuélgala de manera que se distribuya uniformemente y no pierda su forma.
El secado al aire es más lento, pero más suave para la manta. Si tienes prisa, puedes acelerar el secado con un ventilador dirigido hacia la manta, pero siempre evita la luz solar directa, que puede causar desvanecimiento de los colores.
¿Con qué frecuencia deberías lavar la manta?
La frecuencia de lavado de la manta depende de cuán a menudo la uses y en qué entorno se encuentre. Si la manta se usa a diario, por ejemplo, como cobertor en la cama o sofá, se recomienda lavarla al menos una vez cada tres meses. Las mantas que usas estacionalmente, como los edredones de invierno, se pueden lavar una o dos veces al año.
Lavar regularmente garantiza que tus mantas permanezcan limpias e higiénicas, lo cual es especialmente importante para personas alérgicas o hogares con mascotas.
Lavar correctamente una manta en la lavadora no es complicado, pero requiere seguir ciertas reglas. Saber cómo lavar la manta asegurará que tu manta permanezca suave, limpia y te dure mucho tiempo. Sigue las instrucciones de la etiqueta, usa un detergente suave y no olvides configurar correctamente la lavadora y secar con cuidado. El cuidado adecuado de la manta es una inversión que vale la pena: tu manta no solo se mantendrá limpia sino también agradable al tacto durante muchos años.