Arbutina

La arbutina está compuesta de glucosa e hidroquinona, y también se conoce como alfa-arbutina, beta-arbutina, desoxiarbutina o 4-hidroxifenil-D-glucopiranósido, dependiendo de la estructura química específica. Su función principal es defender a las plantas de los efectos nocivos de la luz solar, pero también es apreciada por sus propiedades medicinales y cosméticas. La arbutina sirve como antioxidante, mejora la piel y tiene un efecto iluminador que ayuda en el tratamiento de la hiperpigmentación y crea un tono de piel uniforme.

La arbutina se utiliza sobre todo en productos cosméticos como cremas, sueros y mascarillas faciales por sus propiedades iluminadoras y rejuvenecedoras. Es popular entre las marcas de cosméticos naturales y ecológicos porque procede de plantas y se considera segura para la piel si se utiliza en concentraciones moderadas. Muchas empresas cosméticas fabrican productos con arbutina para tratar problemas como cicatrices, acné, manchas pigmentarias y manchas de la edad. La arbutina también se utiliza en medicina para tratar infecciones urinarias por sus efectos bacteriostáticos. Se incluye en varios medicamentos para tratar afecciones como la cistitis. Su seguridad y eficacia dependen del producto específico y de la concentración de arbutina, por lo que siempre debe utilizarse siguiendo las indicaciones o instrucciones de un profesional.