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Descubra remedios caseros para los gases retenidos y elimine el dolor de barriga.

Consejos de las abuelas para los gases atrapados

Un tema que para muchas personas es tan embarazoso que prefieren no hablar de ello ni siquiera con su médico, y sin embargo, casi todos lo enfrentan. Gases atrapados, hinchazón, flatulencia – como quiera que lo llamemos, es un problema común y natural que puede arruinar el día. Dolor abdominal, presión en la parte baja del abdomen, calambres desagradables o sensación de plenitud – todos estos síntomas tienen algo en común: nuestro cuerpo intenta deshacerse del aire en exceso, pero por alguna razón no lo logra de manera natural. Y es aquí donde entran en juego los consejos probados de las abuelas, que se transmiten de generación en generación y a menudo funcionan mejor que los costosos medicamentos de farmacia.

Cuando los intestinos se rebelan

La flatulencia es causada por la acumulación de gas en el tracto digestivo, generalmente debido a una mala digestión. Esto puede ser causado por el consumo de ciertos alimentos, comer demasiado rápido, estrés o alteraciones en la microbiota intestinal. Los gases atrapados son una situación en la que el cuerpo no puede liberar el gas naturalmente. ¿El resultado? Dolor, presión y una sensación general de incomodidad.

Todos lo sabemos: después de un almuerzo abundante con lentejas o coliflor, aparecen sensaciones desagradables. Pero, ¿qué pasa si "eso" se atasca y no llega el alivio? Es entonces cuando pueden ayudar algunos trucos caseros simples que a menudo no toman más de unos minutos.

Los mejores consejos de las abuelas para los gases atrapados

Las experiencias de nuestras abuelas a menudo se basan en la observación y la curación natural. Mientras que la medicina moderna se basa en la química, los consejos de las abuelas se apoyan en el poder de las hierbas, el movimiento y una alimentación saludable. Algunos de ellos pueden sonar hasta graciosos, pero muchos tienen su fundamento incluso en la ciencia actual.

1. Compresa caliente en el abdomen

La primera ayuda básica. El calor seco puede relajar excelentemente los músculos tensos de la pared abdominal y ayudar a que el gas salga. Basta con calentar una bolsa de agua caliente o enrollar una toalla, verter agua caliente sobre ella, envolverla en un paño y colocarla sobre el abdomen. La sensación de alivio suele ser casi inmediata.

2. Hinojo, comino y anís

Este trío de hierbas constituye la base dorada contra la hinchazón. El té de hinojo es un clásico que incluso los pediatras recomiendan a los niños pequeños que sufren de cólicos. El comino es una parte indispensable de la cocina checa – no solo aporta sabor, sino que también ayuda a digerir comidas pesadas. El anís actúa de manera similar. Se puede beber una mezcla de estas tres hierbas como té o añadirlas directamente a las comidas.

3. Movimiento como remedio

Incluso una pequeña caminata después de comer puede hacer milagros. El movimiento estimula el peristaltismo intestinal, que es exactamente lo que el cuerpo necesita cuando el gas está "atrapado". Si no te apetece salir, prueba ejercicios simples: acuéstate de espaldas, lleva las rodillas al pecho y balancea suavemente de lado a lado. Este movimiento libera la presión en la parte baja del abdomen y a menudo ayuda a liberar el gas.

4. Masaje abdominal

Los movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj ayudan al desplazamiento fluido del contenido intestinal. También se pueden usar aceites esenciales, como el de menta o lavanda, que tienen efectos calmantes. El masaje es mejor realizarlo acostado y en calma. Es importante presionar suavemente pero con firmeza.


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5. Carbón activado

Aunque aparece menos en los consejos de las abuelas, el carbón activado es un remedio natural que absorbe los gases del tracto digestivo. Se puede comprar en la farmacia sin receta y también ayuda con otros problemas digestivos. ¡Sin embargo, no es adecuado para un uso prolongado!

Qué no hacer

A veces, el intento de un alivio rápido puede ser contraproducente. Por ejemplo, beber bebidas carbonatadas puede causar eructos, pero al mismo tiempo introduce más aire al cuerpo, empeorando la situación. Del mismo modo, las especias picantes o el alcohol pueden irritar la mucosa sensible del estómago y los intestinos.

Curiosamente, masticar chicle y beber con pajita también pueden aumentar la cantidad de aire tragado, lo que lleva a más flatulencia. Aunque son cosas pequeñas, en conjunto pueden tener un gran impacto.

La alimentación como factor clave

Muchos alimentos naturalmente fomentan la formación de gas en los intestinos. Ejemplos típicos son las legumbres, el repollo, la cebolla, la coliflor, el brócoli o los productos integrales. En pequeñas cantidades son saludables y beneficiosos para el cuerpo, pero en exceso pueden causar problemas.

Por otro lado, existen alimentos que reducen la hinchazón – arroz, plátanos, zanahorias cocidas o jengibre. El té de jengibre además es excelente no solo para la digestión, sino también contra las náuseas. También actúa como un remedio antiinflamatorio natural.

Un consejo interesante es también el vinagre de manzana – una cucharadita disuelta en un vaso de agua antes de las comidas puede apoyar la digestión y reducir la formación de gas. Este truco es utilizado especialmente por personas con un metabolismo más lento o aquellos que sufren de estreñimiento.

Cuando las lentejas no son solo una tradición de Año Nuevo

La señora Ivana, de 65 años, preparó después de la celebración de Año Nuevo el tradicional almuerzo de lentejas con salchicha. "Estoy acostumbrada a que después de las legumbres me duela un poco el estómago, pero esta vez fue diferente. Sentía que me iba a estallar el abdomen. Nada ayudaba, hasta que mi hija me aconsejó calentar una bolsa de agua caliente y hacerme un té de hinojo. En una hora sentí alivio." Este ejemplo muestra que las experiencias de los antepasados todavía tienen su lugar, aunque hoy podamos ir a la farmacia por un montón de diferentes preparados.

¿Cuándo consultar al médico?

Aunque los gases atrapados por sí mismos no son peligrosos, pueden ser un síntoma de un problema más grave – por ejemplo, el síndrome del intestino irritable, intolerancia alimentaria o trastornos digestivos. Si la hinchazón se repite con frecuencia, se acompaña de estreñimiento, diarrea, náuseas o pérdida de peso, no es prudente subestimar la situación.

Según la Mayo Clinic (mayo.edu), cualquier persona que sufra de dolor abdominal recurrente asociado con flatulencia debe consultar a un médico, especialmente si los problemas persisten por más de unos pocos días.

El poder de la prevención

Lo mejor que se puede hacer contra los gases atrapados es prevenirlos por completo – aunque no siempre sea posible, unos pequeños cambios en el ritmo diario pueden hacer grandes maravillas. Trata de comer con calma y masticar bien, no comer bajo estrés, tener cuidado con los alimentos que causan hinchazón, no subestimar el movimiento y sobre todo no olvidarse de la hidratación.

Como dice un viejo proverbio: "Mejor un soplo de viento que dolor en el vientre." Y aunque a menudo no se habla de estas cosas, es bueno saber que la ayuda suele ser más sencilla de lo que parece. Solo hay que volver a la naturaleza, escuchar a nuestro cuerpo y no temer probar la sabiduría de nuestras abuelas.

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