
La psicología influye en el dolor abdominal y nuestra salud más de lo que piensas

La conexión real entre la psique y el dolor abdominal
Todos lo conocen. Exámenes importantes, una entrevista de trabajo o una conversación incómoda, y de repente el estómago se hace notar. Presión, calambres, a veces incluso diarrea. Nuestro tracto digestivo parece estar directamente conectado con las emociones. Y como se demuestra, realmente lo está. En los últimos años, ha crecido el interés por la conexión entre la salud mental y los problemas físicos, y precisamente el dolor abdominal causado por la psique se está convirtiendo en un tema importante no solo entre los médicos, sino también entre las personas que buscan un estilo de vida más saludable.
Intestinos y cerebro: una pareja que se comunica más de lo que pensamos
Hoy en día, los científicos hablan cada vez más sobre el llamado eje "intestino-cerebro". Es una comunicación bidireccional que conecta el sistema nervioso central (es decir, el cerebro y la médula espinal) con el sistema nervioso entérico, que controla el tracto digestivo. Se podría decir que los intestinos tienen su propio cerebro. Y este se manifiesta cuando algo no está bien, por ejemplo, cuando estamos estresados, tenemos ansiedad a largo plazo o nos afectan emociones reprimidas.
La psique tiene una enorme influencia en todo el cuerpo, pero el sistema digestivo es uno de sus instrumentos más sensibles. El dolor abdominal, hinchazón, náuseas o diarrea pueden ser consecuencia de la tensión psicológica, incluso cuando el cuerpo está físicamente "bien". Y precisamente por eso es a menudo tan difícil diagnosticar estos problemas. Los médicos descartan la celiaquía, la enfermedad de Crohn, la infección, y finalmente concluyen que el problema es de origen psicológico.
Cómo reconocer que el dolor abdominal tiene un origen psicológico
Una de las señales puede ser el dolor abdominal recurrente sin una causa física aparente. Si una persona está bajo estrés durante un período prolongado, tiene ansiedad o enfrenta una fuerte presión emocional, el cuerpo reacciona. A menudo precisamente en la zona del estómago e intestinos. A veces se suma la diarrea, típica, por ejemplo, en situaciones de nerviosismo o antes de tomar decisiones importantes. Este fenómeno, a menudo denominado "intestino nervioso", es una reacción natural del cuerpo a estímulos estresantes.
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Las personas que sufren del síndrome del intestino irritable (SII) a menudo experimentan precisamente una combinación de síntomas como dolor abdominal, hinchazón, diarrea o, por el contrario, estreñimiento, y todo esto sin una causa biológica identificable. Las investigaciones muestran que en estos pacientes, el componente psicológico es uno de los factores clave. Por ejemplo, según un estudio publicado en la revista Gut, hasta el 60% de los pacientes con SII también son diagnosticados con algún tipo de trastorno de ansiedad o depresión.
Una historia que conocemos por experiencia propia
Jana, una gerente de 33 años de Praga, lidiaba durante mucho tiempo con dolores abdominales que aparecían principalmente por la mañana antes de ir al trabajo. "Sentía que mi estómago iba a explotar. Me sentía nauseabunda, a menudo tenía diarrea. Sin embargo, los exámenes no mostraron nada", recuerda. Fue solo cuando comenzó a asistir a terapia que descubrió que la causa de su estado era el estrés prolongado de un trabajo insatisfactorio y la constante presión por el rendimiento. Una vez que cambió su entorno laboral y comenzó a trabajar en su salud mental, los problemas disminuyeron en gran medida.
Hay muchas historias como esta. A veces el cuerpo pide ayuda antes de que la mente lo admita. Y precisamente el dolor abdominal como reflejo del estado de la psique es una de estas señales.
Por qué el estrés se acumula precisamente en el abdomen
El estrés desencadena una cadena de reacciones hormonales en el cuerpo. Se activa el llamado eje HPA (hipotálamo-hipófisis-suprarrenales), que aumenta el nivel de cortisol, la hormona del estrés. Esta afecta no solo la frecuencia cardíaca o la presión arterial, sino también la motilidad intestinal, la producción de jugos gástricos y la sensibilidad de las terminaciones nerviosas en el tracto digestivo.
Lo que antes se consideraba "simple nerviosismo" hoy tiene una clara base biológica. Y cuanto más tiempo dura el estrés, más fuertes son las consecuencias, no solo psicológicas, sino también físicas. Además del dolor abdominal, puede haber cambios en el peso, trastornos inmunitarios, trastornos del sueño o fatiga crónica.
Qué ayuda cuando el dolor abdominal es consecuencia del estrés
Los medicamentos no siempre son la solución. Si el dolor abdominal o la diarrea son provocados por la psique, es necesario centrarse principalmente en cambiar el estilo de vida y la higiene mental. Un buen comienzo puede ser:
- ejercicio regular (p. ej., caminar, yoga, natación),
- sueño de calidad,
- limitar la cafeína y el alcohol,
- técnicas de manejo del estrés (p. ej., mindfulness, ejercicios de respiración),
- psicoterapia o trabajo con un psicólogo.
Una dieta rica en fibra y probióticos también puede tener un impacto muy positivo, ya que apoya la microbiota intestinal natural, es decir, las "bacterias buenas" que afectan no solo la digestión, sino también el estado de ánimo.
Un hallazgo interesante de investigaciones recientes es que hasta el 90% de la serotonina, conocida a veces como la "hormona de la felicidad", se produce precisamente en los intestinos. Esto solo confirma cuán estrechamente están entrelazadas la salud mental y la física.
Cuando es necesario visitar al médico
Es importante tener en cuenta que no todo dolor abdominal tiene un origen psicológico. Si los dolores son intensos, duran mucho tiempo, o se suman otros síntomas como sangre en las heces, vómitos o una pérdida repentina de peso, es imprescindible consultar a un médico. Del mismo modo, si los problemas persisten a pesar de un cambio de estilo de vida y trabajo en la salud mental.
Pero en los casos en los que las pruebas físicas no revelan ninguna causa visible y los dolores aparecen en períodos de estrés, es más que probable que el alma esté buscando una forma de expresar su malestar.
Nuestro cuerpo no está separado de nuestra mente
En la actualidad, cuando se habla cada vez más de bienestar mental como clave para la salud general, es hora de prestar atención también a las señales que vienen desde dentro. El dolor abdominal causado por el estrés o la psique no es una debilidad, sino una prueba de que el cuerpo y la mente forman un todo.
Como dijo el filósofo alemán Friedrich Nietzsche: "Todo conocimiento real comienza con el dolor." Y a veces ese dolor proviene precisamente del abdomen.