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Riesgos y prevención de la varicela por segunda vez en adultos

¿Qué se esconde detrás de la varicela en la edad adulta?

La varicela, comúnmente asociada con la infancia, es una enfermedad que la mayoría de nosotros superamos a una edad temprana. Generalmente, nos protege una inmunidad de por vida, que evita que nos contagiemos nuevamente. Sin embargo, hay casos en los que parece que la varicela regresa por segunda vez en la adultez. ¿Cómo es esto posible, qué provoca esta situación y cómo entenderla correctamente?

Varicela e inmunidad

La varicela es causada por el virus varicella-zoster. Después de contraer esta enfermedad, el cuerpo desarrolla una memoria inmunológica que nos protege de una nueva infección. Sin embargo, el virus permanece oculto en el cuerpo, alojándose en los ganglios nerviosos y persiste allí en forma inactiva. Este estado latente generalmente no causa problemas, pero bajo ciertas circunstancias, puede reactivarse.

Mientras que en los niños la varicela se manifiesta con una erupción típica y fiebre, los adultos que contraen esta enfermedad a menudo enfrentan un curso más severo y un mayor riesgo de complicaciones. Además, cuando aparecen síntomas similares por segunda vez, surgen dudas sobre la verdadera naturaleza de la enfermedad.

¿Es posible enfermarse de varicela por segunda vez?

La mayoría de los expertos coinciden en que la repetición de la varicela es muy rara. Si el cuerpo desarrolló una inmunidad adecuada durante la primera infección, no debería ocurrir una segunda. Sin embargo, existen casos raros en los que la varicela aparece por segunda vez en la adultez. Estas situaciones pueden ser causadas por un debilitamiento del sistema inmunológico, una respuesta insuficiente del organismo al primer encuentro con el virus o la presencia de una cepa más agresiva del virus.


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Con mucha más frecuencia, ocurre la reactivación del virus, que no se manifiesta como varicela, sino como un herpes zóster. Este a menudo se confunde con una repetición de la varicela, ya que los síntomas, como una erupción pruriginosa, pueden ser similares. Sin embargo, a diferencia de la varicela, la erupción del herpes zóster está localizada y generalmente afecta solo un lado del cuerpo.

Riesgos asociados con la aparición de la varicela en la adultez

Si la varicela aparece en adultos, ya sea por primera o segunda vez, su curso suele ser más complicado que en los niños. Alta fiebre, erupción más extensa y fatiga general pueden ser más intensas, lo que aumenta el riesgo de problemas de salud más graves. Entre las complicaciones más comunes se encuentra la neumonía, que puede ser especialmente peligrosa, o la inflamación cerebral conocida como encefalitis.

Los adultos con un sistema inmunológico debilitado son especialmente susceptibles a las complicaciones. Esto incluye a personas con enfermedades crónicas, que están recibiendo quimioterapia o aquellos cuya inmunidad ha sido debilitada por el estrés prolongado.

¿Cómo protegerse de la varicela por segunda vez?

La prevención de la varicela en la adultez se puede apoyar de varias maneras. Existe una vacuna contra el virus varicella-zoster, que se recomienda especialmente para aquellos que no contrajeron la enfermedad en la infancia. La vacuna no solo puede proteger contra la infección primaria, sino también reducir el riesgo de aparición del herpes zóster, que es más común en adultos mayores.

Un estilo de vida saludable es otro factor clave. Una dieta equilibrada, ejercicio regular y un sueño adecuado ayudan a mantener el sistema inmunológico en forma y reducen la probabilidad de que el virus "reviva" en el cuerpo. Si aún aparecen síntomas sospechosos, como una erupción pruriginosa, fiebre o ampollas dolorosas, es importante buscar atención médica. Un diagnóstico rápido puede prevenir complicaciones adicionales.

La varicela por segunda vez en la adultez es un fenómeno raro, que a veces puede confundirse con el herpes zóster. Sin embargo, esta posibilidad no debe ser completamente descartada, especialmente en personas con inmunidad debilitada o aquellos que no están seguros de haber tenido la enfermedad en la infancia. La prevención, un estilo de vida saludable y la concienciación sobre los posibles riesgos son factores clave para minimizar la probabilidad de aparición de esta enfermedad.

Su salud es valiosa, por lo que no dude en consultar cualquier preocupación con su médico. Ya sea sobre prevención o tratamiento, el cuidado adecuado es siempre la mejor solución.

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