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La dieta y los alimentos inapropiados en la epilepsia

La epilepsia es uno de los trastornos neurológicos más comunes: solo en la República Checa, más de 80,000 personas reciben tratamiento por esta condición. Aunque el papel principal en su manejo lo desempeña una medicación adecuadamente ajustada y, posiblemente, otros procedimientos especializados, cada vez se presta más atención al estilo de vida, especialmente a la dieta. Puede sonar sorprendente, pero ciertos alimentos pueden influir en la frecuencia de las convulsiones, empeorar la sensibilidad del sistema nervioso o interferir con la efectividad de los medicamentos. Por lo tanto, la elección consciente de alimentos debe ser parte del cuidado de la salud de una persona con epilepsia, al igual que el descanso, suficiente sueño y un régimen diario regular.

¿Cómo puede la dieta influir en el curso de la epilepsia?

Mientras que en algunas personas la epilepsia puede ser hereditaria, en otras se manifiesta hasta la edad adulta, por diversas razones, desde lesiones, inflamaciones cerebrales, hasta trastornos metabólicos. La enfermedad se manifiesta por convulsiones recurrentes que ocurren debido a una disrupción temporal de la actividad eléctrica del cerebro. Los médicos coinciden cada vez más en que, además de los medicamentos, una dieta adecuadamente ajustada puede contribuir a la estabilización general del estado de salud.

Mientras que algunos tipos de dietas, como la cetogénica o la baja en índice glucémico, se utilizan como tratamiento de apoyo principalmente en niños, los pacientes comunes con epilepsia pueden beneficiarse simplemente de evitar ciertos alimentos inadecuados. Principalmente se trata de aquellos que pueden aumentar el estrés en el sistema nervioso, causar fluctuaciones en el azúcar en sangre o contener sustancias con un potencial efecto negativo en el cerebro.

Una de las pacientes con epilepsia, la señora Jana, describe: "Cuando empecé a observar lo que comía, descubrí que después de desayunos dulces me sentía cansada e irritable, y a veces me hormigueaban ligeramente los dedos, lo cual era un presagio de una convulsión para mí. Gradualmente reduje el azúcar y comencé a comer más proteínas y verduras. Ahora tengo menos convulsiones."

¿Qué alimentos no se recomiendan para la epilepsia?

Es importante entender que no existe una lista universal de alimentos "prohibidos", ya que cada organismo reacciona de manera diferente. Sin embargo, tanto expertos como pacientes coinciden en varios grupos de alimentos que aparecen con mayor frecuencia como riesgosos.

1. Alimentos con alto contenido de azúcares simples

El azúcar es una fuente rápida de energía para el cuerpo, pero las fluctuaciones bruscas del nivel de glucosa en sangre pueden provocar irritación cerebral en algunos epilépticos. Esto se aplica especialmente al azúcar blanco refinado y los alimentos que lo contienen en grandes cantidades, como dulces, bebidas azucaradas, productos de panadería dulces, cereales o yogures saborizados.

Los azúcares simples suelen ir acompañados de un alto índice glucémico, es decir, la capacidad de elevar rápidamente los niveles de azúcar en la sangre. Tras un aumento repentino, se produce una caída brusca, lo que puede llevar a una reacción de estrés en el organismo y, en individuos sensibles, a manifestaciones neurológicas.

2. Alimentos altamente procesados

Platos preparados, sopas instantáneas, embutidos, papas fritas, snacks salados o comidas congeladas suelen contener glutamato monosódico (MSG), conservantes o estabilizantes que pueden actuar como excitotoxinas en algunas personas, aumentando la irritabilidad de las células nerviosas. Especialmente en niños y adolescentes con epilepsia, el cerebro en desarrollo puede ser más sensible a estos estímulos.

Además, el alto contenido de sal y grasas saturadas en estos alimentos contribuye a la carga general del organismo, lo que puede reflejarse indirectamente en cambios de humor, equilibrio hormonal o calidad del sueño, todos factores que pueden influir en las convulsiones.

3. Alimentos con contenido de cafeína

El café, las bebidas energéticas, el té negro fuerte o el chocolate contienen cafeína, que estimula el sistema nervioso central. En personas sanas puede proporcionar un impulso, pero en epilépticos puede aumentar el riesgo de convulsiones, especialmente con dosis más altas o en combinación con la falta de sueño.


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Algunos estudios (por ejemplo, publicados en la revista Epilepsy & Behavior) advierten que la cafeína puede interferir con el metabolismo de los antiepilépticos o reducir su eficacia. Por esta razón, los médicos a menudo recomiendan limitar la cafeína o eliminarla completamente de la dieta.

4. Alcohol

El alcohol es uno de los desencadenantes más comunes de las convulsiones, no solo por su efecto directo en el cerebro, sino también porque interfiere con el sueño, afecta la absorción de medicamentos y puede conducir a la deshidratación. Especialmente peligroso es el consumo excesivo repentino, que puede desencadenar una convulsión incluso en personas que tienen la epilepsia relativamente controlada.

"Una copa puede no ser un problema, pero en pacientes más sensibles incluso una pequeña cantidad de alcohol puede aumentar el riesgo de convulsiones", advierte el neurólogo Dr. Tomáš Benda.

5. Alimentos con alto contenido de tiramina o feniletilamina

La tiramina y la feniletilamina son sustancias que se encuentran naturalmente en algunos alimentos, como quesos curados, embutidos, vino tinto o productos fermentados como kimchi o pepinillos fermentados. En algunos tipos de epilepsia, estas sustancias pueden tener un efecto similar al de los estimulantes, aumentando el riesgo de excitación neurológica.

Prácticamente, esto significa que, por ejemplo, la combinación de queso azul y una copa de vino tinto puede ser riesgosa para algunos pacientes, aunque los componentes individuales consumidos por separado no tengan ningún efecto.

¿Cómo llevar una dieta más segura para la epilepsia?

A pesar de los riesgos mencionados, no se trata de crear una lista estricta de "prohibiciones", sino más bien de adoptar un enfoque empático y consciente en las elecciones diarias. Puede ser útil llevar un diario de alimentos y anotar lo que se comió antes de una posible convulsión, lo que permite identificar desencadenantes personales.

Para la mayoría de los pacientes, una dieta variada y equilibrada basada en ingredientes frescos, suficiente fibra, grasas saludables y proteínas, parece ser la más segura. Por otro lado, es aconsejable evitar los extremos alimenticios, como alimentos demasiado dulces, grasos, salados o artificialmente saborizados.

En este contexto, también juega un papel importante el timing de las comidas y la hidratación. El ayuno prolongado o la sobrealimentación pueden alterar el equilibrio del cuerpo, al igual que la deshidratación en días calurosos.

Consejos prácticos que pueden ayudar

Comience el día con algo más nutritivo que desayunos dulces, como huevos, nueces o pan integral con verduras. Reserve el café para la mañana y trate de limitar su consumo por la tarde, al igual que los alimentos procesados, que en general vale la pena evitar. Es mejor optar por alimentos frescos y recordar beber regularmente agua pura durante el día.

En algunos casos, la dieta cetogénica puede ayudar a las personas con epilepsia, pero atención, no es para todos y definitivamente debería discutirse con un médico. Y si las convulsiones ocurren repetidamente, puede ser útil llevar un diario para registrar qué las precedió, como comida, estrés, actividad física o fatiga.

En última instancia, se trata de que la persona con epilepsia no se sienta limitada por su diagnóstico, sino que obtenga mayor control sobre su salud. La dieta por sí sola no curará la enfermedad, pero puede desempeñar un papel significativo en la frecuencia e intensidad con que ocurren las convulsiones.

Como dice el neurólogo y asesor nutricional Dr. Jan Hrdlička: "En enfermedades donde el cerebro juega un papel, no debemos subestimar lo que introducimos en el cuerpo. Cada comida es información, y puede ser de apoyo o perturbadora."

Comer conscientemente y al mismo tiempo deliciosamente es hoy más fácil que nunca gracias a la creciente oferta de alimentos de calidad y naturales, y puede ser uno de los pasos más fáciles y naturales para mejorar la calidad de vida con epilepsia.

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