
Qué destruye el calcio en el cuerpo y cómo cuidar adecuadamente de tus huesos

¿Qué causa la pérdida de calcio en el cuerpo y cómo prevenirlo?
El calcio es uno de los minerales más importantes en el cuerpo humano. No es solo el componente principal de nuestros huesos y dientes, sino que también juega un papel clave en la contracción muscular, transmisión de señales nerviosas, coagulación sanguínea y en el funcionamiento adecuado del corazón. Sin embargo, la mayoría de las personas solo se dan cuenta de su importancia cuando comienzan a experimentar problemas como la osteoporosis, fragilidad dental o calambres musculares frecuentes.
En cuanto a la salud ósea, a menudo se discute cuánto calcio deberíamos consumir. Sin embargo, se presta mucho menos atención al otro lado de la moneda: qué elimina o destruye el calcio del cuerpo. Esto puede ser más crucial para la salud que la ingesta misma. Podemos comer yogures, almendras y vegetales verdes todos los días, pero si al mismo tiempo perjudicamos a nuestro cuerpo con otros hábitos, el efecto será mínimo.
Dieta acidificante y consumo excesivo de sal
Uno de los principales "enemigos" del calcio es el consumo excesivo de sal. El organismo intenta mantener un pH sanguíneo estable. Si consumimos mucha sal (especialmente en forma de alimentos procesados), el cuerpo debe neutralizar la acidez resultante. Y a menudo lo hace usando sus reservas de calcio, extrayéndolo de los huesos para equilibrar la homeostasis ácido-base.
De manera similar, funciona la dieta acidificante, rica en azúcares refinados, carne roja, café, alcohol o refrescos azucarados. Según algunos estudios nutricionales, una dieta predominante en alimentos acidificantes aumenta la excreción de calcio por la orina, y el organismo compensa el desequilibrio utilizando el calcio de los huesos.
Es interesante que esto no solo afecta a los ancianos. Ya en mujeres jóvenes se ha demostrado que una alta ingesta de proteínas de fuentes animales puede contribuir a la pérdida de masa ósea si su dieta no contiene suficientes componentes alcalinizantes como frutas y verduras.
Cafeína y alcohol
El consumo diario de café es algo completamente normal para millones de personas. Sin embargo, pocos saben que la cafeína aumenta la excreción de calcio por la orina. No es que el café en sí sea dañino, sino más bien su cantidad y combinación con otros factores.
Cuando alguien toma café por la mañana, una cola al mediodía y una copa de vino por la noche, sin saberlo, crea un entorno que conduce a la pérdida de calcio. Además, el alcohol reduce la capacidad del cuerpo para absorber calcio y al mismo tiempo inhibe la producción de vitamina D, que es esencial para la absorción de calcio en el intestino delgado. El consumo excesivo de alcohol a largo plazo puede llevar no solo a la pérdida de masa ósea, sino también a un mayor riesgo de fracturas.
Deficiencia de vitamina D y magnesio
El calcio en el cuerpo no actúa solo, funciona en equipo con otros nutrientes, principalmente la vitamina D y el magnesio. Sin suficiente vitamina D, el calcio de los alimentos se absorbe de manera muy limitada, lo que puede llevar a su deficiencia incluso con una ingesta adecuada. Los rayos solares son una fuente natural de vitamina D, pero en nuestras latitudes, su producción es muy limitada, especialmente en los meses de invierno.
El magnesio regula el nivel de parathormona, que mantiene el equilibrio entre el calcio en la sangre y en los huesos. Si hay poco magnesio, el cuerpo puede comenzar a liberar calcio de los huesos para que esté disponible para otros procesos. Además, sin magnesio, el calcio puede acumularse en tejidos blandos, causando calcificación de los vasos sanguíneos o cálculos renales.
En la práctica, esto significa que incluso si una persona toma suplementos de calcio, pero tiene un nivel bajo de vitamina D o magnesio, su organismo no se beneficiará mucho, e incluso puede perjudicarse.
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Estrés, hormonas y enfermedades crónicas
El estrés crónico tiene sus consecuencias no solo en la psique, sino también en el metabolismo mineral del cuerpo. Un nivel elevado de cortisol (hormona del estrés) a largo plazo puede ralentizar la formación de masa ósea y al mismo tiempo fomentar su descomposición. Además, el estrés a menudo conduce a malos hábitos, como saltarse comidas, comer en exceso, consumir excesivamente café o alcohol, que, como sabemos, no favorecen al calcio.
En las mujeres, también juega un papel importante la disminución del estrógeno durante la menopausia, que es un protector natural de la masa ósea. Después de la menopausia, es importante enfocarse no solo en la ingesta de calcio, sino también en el estilo de vida general y considerar la consulta de sustitución hormonal con un especialista.
También entran en juego algunas enfermedades crónicas como las enfermedades renales, trastornos de la tiroides o celiaquía, que pueden afectar significativamente la absorción o excreción de calcio. Por ejemplo, en pacientes con enfermedad renal crónica, el equilibrio entre calcio y fósforo suele estar alterado, lo que puede favorecer la desmineralización ósea.
Medicamentos que pueden reducir el nivel de calcio
Pocas personas se dan cuenta de que incluso los medicamentos comúnmente recetados pueden afectar negativamente al calcio. Entre ellos se encuentran el uso prolongado de corticoides, algunos antiepilépticos, inhibidores de la bomba de protones (medicamentos para la acidez estomacal) o diuréticos. Estos medicamentos pueden ya sea reducir la absorción de calcio en los intestinos, o aumentar su excreción en la orina.
Un ejemplo típico puede ser una mujer mayor con osteoporosis que toma prednisona a largo plazo para una enfermedad reumática. A pesar de tomar calcio en tabletas, su masa ósea sigue disminuyendo, precisamente debido al efecto secundario del medicamento.
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¿Cómo proteger el calcio en el cuerpo de forma natural?
Afortunadamente, hay muchas maneras de prevenir la pérdida de calcio, y muchas de ellas son sorprendentemente simples. La base es una dieta equilibrada, que combina alimentos alcalinizantes como vegetales, frutas, legumbres y cereales integrales con fuentes de calcio de calidad, como productos lácteos, semillas de amapola, brócoli, mantequilla de almendra o sardinas.
Es extremadamente importante una exposición adecuada a la luz solar, y en los meses de invierno, posiblemente complementar con vitamina D. En la vida diaria, también ayuda limitar la sal, café y alcohol, así como realizar ejercicio regular, que estimula la formación de nueva masa ósea.
Desde el punto de vista de la higiene mental, vale la pena reducir el nivel de estrés crónico mediante meditación, ejercicios de respiración o estancias regulares en la naturaleza. Sorprendentemente, también puede ser efectivo simplemente desacelerar el ritmo de vida y enfocarse en lo que realmente nos hace felices.
"La salud no lo es todo, pero sin salud, todo lo demás es nada." – Arthur Schopenhauer
En la vida diaria, a menudo no nos damos cuenta de cómo nuestros pequeños hábitos afectan la salud a nivel celular. Pero son precisamente estos detalles, como si añadimos algunas almendras a la ensalada, si damos un paseo al aire libre o en lugar de un tercer café optamos por un té de hierbas, los que forman el mosaico que compone la calidad de nuestra vida. Y el calcio juega uno de los papeles principales en ello.