
¿Te interesa saber cuándo se gira el bebé y qué significa esto para sus habilidades?

Desarrollo del movimiento en los bebés
La primera sonrisa, el primer sonido, el primer paso: los padres a menudo recuerdan cada avance de su hijo. Entre los hitos más importantes en el primer año de vida se encuentran los momentos en que el bebé comienza a girar por sí mismo. Esto no solo es una manifestación de su creciente fuerza y coordinación, sino también un presagio de otras habilidades, como gatear o sentarse. Aunque puede parecer que todos los bebés se desarrollan de manera similar, en realidad cada niño tiene su propio ritmo. Por lo tanto, no hay razón para entrar en pánico si "el suyo" aún no quiere hacerlo.
Entonces, ¿cuándo suele comenzar a girar el bebé, ya sea de la espalda al vientre, del vientre a la espalda, o incluso cabeza abajo antes del nacimiento?
Girar del vientre a la espalda: el primer paso hacia el movimiento independiente
Uno de los primeros hitos del movimiento para la mayoría de los bebés es girar del vientre a la espalda. Esto suele ocurrir entre el tercer y quinto mes de vida. Este movimiento es más fácil que el giro inverso, ya que el bebé puede aprovechar la gravedad y el peso oscilante de su cabeza para rodar de nuevo sobre la espalda.
No es raro que algunos bebés se den vuelta por primera vez "por accidente", tal vez al intentar girar la cabeza hacia un sonido o un juguete. Un momento así, cuando los padres encuentran al niño acostado de manera completamente diferente, a menudo llega inesperadamente, causando asombro y alegría. Los padres deben recordar que un tiempo suficiente boca abajo durante el día - conocido como "tummy time" - es clave para el desarrollo de los músculos del cuello, hombros y tronco necesarios para girar.
¿Cuándo se voltea el bebé de la espalda al vientre?
Por otro lado, girar de la espalda al vientre es un movimiento más desafiante que generalmente ocurre un poco más tarde, entre el quinto y séptimo mes. Requiere más fuerza en los músculos abdominales y una mejor coordinación de todo el cuerpo. Este movimiento es crucial porque el niño pasa a una posición activa desde la cual puede comenzar a gatear o reptar.
Los padres pueden motivar al niño con juguetes o con su propia presencia, por ejemplo, acostándose al lado y alentándolo con la voz. Es importante que el entorno sea seguro y que el niño tenga suficiente espacio para moverse. En la práctica, esto significa menos tiempo en sillas o hamacas y más en un colchón blando en el suelo.
¿Qué pasa si el bebé no se voltea?
Es común que algunos niños comiencen a girar antes y otros después. No hay necesidad de preocuparse de inmediato si el niño de seis meses aún no se voltea de la espalda al vientre; lo importante es observar el desarrollo general. Si el bebé tiene suficiente fuerza en las extremidades, responde a estímulos, levanta la cabeza y es activo durante el juego boca abajo, no debería ser un problema. Sin embargo, si los padres no están seguros, es conveniente consultar al pediatra.
Un buen ejemplo es el pequeño Matěj, que a los cinco meses todavía estaba acostado principalmente sobre su espalda y ni siquiera intentaba girarse. Los padres ya estaban un poco nerviosos, pero tras la recomendación de la pediatra, comenzaron con el "tummy time" diario y en dos semanas Matěj se giró por primera vez. A veces, realmente es solo cuestión de apoyo y paciencia.
Girar cabeza abajo
Cuando se habla de cuándo se voltea el bebé, a menudo también se refiere al momento en que se voltea cabeza abajo en el útero. Esta posición, conocida profesionalmente como posición cefálica (cabeza abajo), es la más común y adecuada para un parto natural. Este giro generalmente ocurre alrededor de las 32 a 36 semanas de embarazo.
En esta etapa del embarazo, el bebé ya tiene suficiente tamaño y peso para girarse a una posición estable. Aunque el útero todavía es espacioso, el bebé ya tiene menos espacio para movimientos libres, por lo que se acomoda en la posición más cómoda para él, y también la más segura para llegar al mundo. Aproximadamente el 95% de los bebés están girados de cabeza abajo durante el parto, lo que es ideal para un paso suave a través del canal de parto.
En algunos casos, el bebé no se voltea y permanece en una posición de presentación de nalgas (con las nalgas hacia abajo). En tal situación, los médicos deciden si es posible llevar a cabo un parto natural o recomiendan una cesárea. También existen técnicas para estimular al bebé a girarse, como ejercicios específicos o la versión cefálica externa realizada por un ginecólogo.
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¿Cómo ayudar al bebé en el desarrollo del movimiento?
Una de las cosas más importantes es suficiente espacio libre. Pasar demasiado tiempo en sillas, hamacas o portabebés puede limitar el movimiento natural del niño. Es mucho más adecuado dejar que el bebé pase tiempo en una colchoneta donde pueda explorar libremente su cuerpo y el entorno.
Otro elemento importante es la estimulación regular: ofrecer juguetes, sonidos o cambiar de posición puede motivar al niño a moverse. Los padres deben asegurarse de que el niño tenga la oportunidad de practicar diferentes posiciones: acostado de espaldas, boca abajo y de lado.
Desde la perspectiva del desarrollo a largo plazo, es fascinante cómo estos movimientos tempranos están relacionados con habilidades futuras. Girar es la base para gatear, sentarse y caminar. Cada movimiento fortalece diferentes músculos y desarrolla la coordinación, que luego se traduce en habilidades motoras finas, lenguaje o capacidad de aprendizaje.
¿Qué pueden observar los padres?
Aunque cada niño tiene su propio ritmo, los expertos recomiendan prestar atención a algunos hitos orientativos en el desarrollo del movimiento:
- 3 meses – el niño sostiene la cabeza en posición erguida, gira la cabeza hacia el sonido
- 4–5 meses – girar del vientre a la espalda
- 5–7 meses – girar de la espalda al vientre
- 8 meses en adelante – transición al gateo, levantarse sobre cuatro, intentos de sentarse
Cada uno de estos pasos asume que el niño tiene la oportunidad de moverse libremente, explorar y estar motivado. Y aunque algunos niños omiten ciertas etapas (por ejemplo, no les gusta estar boca abajo y comienzan a gatear directamente), no es necesariamente motivo de preocupación si el desarrollo general es saludable y no hay signos de retraso.
Una de las pediatras más conocidas, la Dra. Emmi Pikler, enfatizaba: "El desarrollo del niño no es una carrera. Cada uno tiene derecho a desarrollarse a su propio ritmo". Este enfoque exhorta a los padres a ser pacientes y también a disfrutar cada fase, en lugar de enfocarse en lo que "aún no puede hacer".
El desarrollo de un bebé es un proceso fascinante, durante el cual un recién nacido indefenso se convierte en un niño curioso. Girar es uno de los primeros pasos hacia este objetivo, y aunque pueda parecer pequeño, es un gran avance en el camino hacia la independencia. La confianza en el desarrollo natural, el apoyo al movimiento y la observación de su propio hijo pueden ayudar a los padres a entender lo que su bebé necesita. Y tal vez sea uno de esos momentos que se graban en la memoria para siempre.