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Cómo cuidar adecuadamente la descamación de la piel en recién nacidos

Cuando la piel de los recién nacidos se descama

Los primeros días después del nacimiento están llenos de preguntas, preocupaciones y observación de cada detalle, tanto para los bebés como para sus padres. Uno de los fenómenos comunes que puede causar incertidumbre en los nuevos padres es la descamación de la piel en los recién nacidos. ¿Qué significa, por qué ocurre y cuándo es momento de preocuparse?

¿Por qué se descama la piel de los recién nacidos?

Imaginemos la piel de un bebé como una capa muy delicada y sensible que, después del parto, se está adaptando al nuevo mundo. En el útero de la madre, estaba protegida por el líquido amniótico y una capa especial de sustancia cremosa llamada vernix caseosa: una sustancia blanquecina que hidrata y protege la piel del bebé. Sin embargo, después del nacimiento, el bebé se encuentra en un ambiente completamente diferente: más seco, más frío y con mayor exposición al aire. La descamación de la piel es una reacción natural al cambio entre estos dos mundos.

En la mayoría de los bebés, la piel comienza a descamarse unos días o semanas después del nacimiento. Lo más común es que ocurra en las manos, pies o tobillos, aunque la piel seca y descamada puede aparecer prácticamente en cualquier parte del cuerpo. No es doloroso, no molesta al bebé y generalmente no requiere tratamiento específico.

¿Es la descamación de la piel un signo de problema?

En los bebés sanos nacidos a término, la descamación suele ser un signo de madurez de la piel, no de enfermedad. Esto es aún más cierto en los bebés nacidos después de término, ya que su piel a menudo ha perdido la mayor parte del vernix y la capa externa comienza a desprenderse más rápidamente. Por el contrario, en los bebés prematuros, la piel puede ser más delgada y menos propensa a descamarse, aunque también es más sensible a los agentes externos.

Sin embargo, existen casos en los que una descamación excesiva o inusualmente parecida podría indicar algo más. Si, además de la descamación, aparece enrojecimiento, grietas, supuración, erupciones o si el bebé tiene otros síntomas como fiebre, inquietud o falta de apetito, es recomendable contactar al pediatra. Podría tratarse de una infección cutánea, eccema o condiciones hereditarias raras como la ictiosis, un grupo de trastornos genéticos que afectan la regeneración de las células de la piel.

¿Cómo cuidar la piel del recién nacido durante la descamación?

La piel sensible y temporalmente seca de los recién nacidos merece un cuidado suave y delicado. Generalmente, es suficiente seguir algunas reglas básicas:

  1. Baños limitados y cortos – No es necesario bañar al recién nacido diariamente. Bastan 2-3 veces a la semana o según sea necesario. El agua debe estar tibia y sin aditivos químicos, idealmente solo con unas gotas de baño de aceite natural.
  2. Cosméticos suaves – Si usas jabón o champú, elige productos especialmente diseñados para recién nacidos. Evita ingredientes perfumados y sintéticos. Los productos bio certificados con aceites naturales y sin químicos innecesarios son una excelente elección.
  3. Hidratación de la piel – Especialmente si la descamación se vuelve más prominente, puede ayudar una ligera hidratación de la piel. Manteca de karité, aceite de caléndula o aceite de almendras sin aditivos son suaves y bien tolerados. Antes de aplicar extensamente, es recomendable probar la tolerancia en una pequeña área de la piel.
  4. Ropa natural – Las telas de algodón o bambú son las más suaves para la piel del recién nacido. Las fibras sintéticas o los materiales más ásperos pueden irritar la piel y empeorar la descamación.
  5. Ventilación y evitar el sobrecalentamiento – El sobrecalentamiento puede secar aún más la piel. Ventila la habitación donde duerme el bebé y vístelo con menos capas.

Es importante recordar que el recién nacido no necesita un cuidado cosmético extenso. En muchos casos, menos es realmente más. Como dijo el pediatra y autor de libros sobre el cuidado infantil Benjamin Spock: "La mayoría de los niños requieren menos intervención de la que sus padres piensan."

Historia de la vida real: Cuando la descamación se convirtió en tema de discusión familiar

El pequeño Matěj nació en febrero después de 41 semanas de embarazo. Ya en el hospital, sus padres notaron que tenía la piel seca y amarillenta en las piernas, que comenzó a descamarse después de unos días. La abuela, que recordaba sus propias experiencias con los niños en los años ochenta, estaba convencida de que se trataba de una infección por hongos. El padre comenzó a buscar consejos en Internet y encontró varios escenarios dramáticos. ¿Y la madre? Decidió consultar con la pediatra en su primera visita.


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La doctora tranquilizó a la familia: la descamación de la piel en los recién nacidos a término es completamente normal y no hay necesidad de hacer nada al respecto. Solo recomendó hidratar suavemente la piel con aceite de oliva o de caléndula y esperar a que la situación se resolviera por sí sola. Y eso fue exactamente lo que sucedió: en dos semanas, la piel de Matěj estaba suave, sin signos de descamación y sin una sola gota de corticoides u otros tratamientos.

¿Cuándo buscar a un especialista?

Aunque la descamación de la piel es algo común, a veces es conveniente estar alerta y consultar a un médico, especialmente si persiste más de cuatro semanas y parece empeorar, si aparecen supuración, grietas o enrojecimiento intenso, o si el bebé parece inquieto, duerme mal o presenta otros síntomas. También presta atención si alguien en la familia sufre de enfermedades de la piel como eccema atópico o psoriasis, o si junto con la descamación aparece una erupción o picazón.

En tales casos, el médico puede recomendar un cambio de cosméticos o un tratamiento específico. La paciencia es también clave: la piel del bebé se desarrolla durante los primeros meses de vida, y la mayoría de los problemas se resuelven por sí solos sin consecuencias.

Elección cuidadosa para la piel del bebé

Cuando eliges productos de cuidado para el recién nacido, no solo importa la composición, sino también el origen de los productos: idealmente, opta por aquellos con certificación ecológica y que no contengan químicos innecesarios como fragancias sintéticas o colorantes. Ingredientes naturales como la caléndula, la manzanilla o aceites vegetales suaves han obtenido las mejores evaluaciones entre los padres: son no solo suaves para la piel delicada del bebé, sino también para el medio ambiente. Hoy en día hay una amplia oferta, así que vale la pena leer cuidadosamente las etiquetas y preferir fórmulas simples y claras. Esto es doblemente cierto para los más pequeños: su piel es sensible y reacciona más rápidamente.


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La descamación de la piel en los recién nacidos es un fenómeno que puede parecer dramático a primera vista, pero en la mayoría de los casos es una fase de transición completamente normal. Con un poco de paciencia y cuidado suave, la piel del bebé se adaptará rápidamente al nuevo entorno. Y así, los padres pueden dedicar su energía a cosas mucho más importantes, como conocer al nuevo miembro de la familia.

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